RESERVA HAMMEN en una lucha de poderes
Llevamos todo este año inmersos en una
‘guerra fría’ entre supuestos amigos y enemigos de la reserva Thomas van der
Hammen, ubicada en el norte de la capital, sin tener claro de qué se está
hablando ni si lo que le dicen de uno y otro lado es verdad.
El debate,
incluso, ha tomado visos de enfrentamiento ideológico; han llovido epítetos
para descalificar la posición de un contrario, se ha acusado a funcionarios de
tener intereses en la zona, han rodado mensajes plagados de mentiras y se han
cuestionado, incluso, los estudios que unos y otros exhiben para defender su
posición.
· Durante los últimos 6 meses, periodistas se
dedicaron a desempolvar documentos, actas, acuerdos, decretos, resoluciones,
libros, mapas, además de visitar la zona para aclarar mitos, desvirtuar
mentiras y aflorar verdades sobre la realidad de una zona de la ciudad que
tiene doce veces el tamaño del parque Simón Bolívar.
El
especial que resultó de esa búsqueda tiene el propósito de entregar información
de primera mano a los lectores sobre las distintas perspectivas del tema, ahora
que comienza el debate sobre la modificación del trazado de la reserva que
propondrá el Alcalde en el trámite del nuevo Plan de Ordenamiento Territorial
(POT) de la ciudad.
· Lo primero que deben saber los ciudadanos es que esta polémica comenzó en 1999,
cuando el entonces alcalde Peñalosa
propuso expandir Bogotá en los bordes norte y noroccidental (Suba y parte de
Usaquén), en el trámite del POT, y que implicaba cambiar el uso rural o
suburbano de esa tierra para volverla urbana.
· Basados en los estudios del científico Thomas van
der Hammen sobre la riqueza de suelos de la sabana, los ambientalistas
rechazaron la propuesta con el argumento de que se acabaría con los
recursos ecológicos de la zona. Esos reclamos tuvieron eco en la Corporación
Autónoma Regional (CAR), que se negó a concertar la propuesta ambiental del
Gobierno de Bogotá para el norte.
Tal como
ordena la ley, cuando no hay concertación de los temas ambientales entre la CAR
y los alcaldes, el asunto pasa al Ministerio de Ambiente, que en este caso
decidió nombrar un panel de 12 expertos para que fueran ellos quienes
recomendaran qué hacer con la expansión del norte. Del grupo hicieron parte el propio
Van der Hammen y el reconocido arquitecto Rogelio Salmona, ambos ya fallecidos.
En el
documento de nueve páginas que entregaron al Ministerio, propusieron la
creación de una franja de conexión, restauración y protección entre los cerros
orientales y el río Bogotá, con un ancho de mil metros y la categoría de área
forestal protectora.
· El panel buscaba que se convirtiera en una barrera
para impedir la expansión urbana de Bogotá hacia el norte y se tomara la
sabana. Los expertos estimaron que sería un bosque de protección de 1.500
hectáreas y que con esa medida se protegerían los recursos de flora y fauna de
los humedales La Conejera, Guaymaral, los Búhos y Torca; el bosque Las
Mercedes, las Malezas de Suba, parte de los cerros orientales y el cerro La
Conejera.
El
Ministerio acogió la propuesta y le ordenó a la CAR delimitar y fijar el plan
de manejo de una franja de conexión, restauración y protección como área de
Reserva Forestal Regional del Norte. Con esa decisión, el plan de expansión de
Peñalosa no se pudo poner en marcha y el Ministerio le dio a la CAR un año para
hacer efectiva la medida.
· El segundo punto que deben conocer los bogotanos es que el cumplimiento de la
orden del Ministerio se demoró 11 años, pues apenas el 19 de julio del 2011 la
CAR expidió el acuerdo, y después pasaron otros tres años para definir el plan
de manejo (acuerdo 21 de septiembre del 2014).
De hecho,
en mayo del 2010, la Procuraduría le recomendó a la CAR no reglamentar la
reserva porque si bien las resoluciones del Ministerio que lo ordenaban
mantenían su legalidad, ya habían perdido el efecto de proteger el norte, como
solicitaron los expertos, “superadas por la realidad de manera avasalladora”,
porque en el “entretanto ha venido avanzando el deterioro de la zona”, y la
propuesta del panel nunca se implementó.
La
Procuraduría citó un estudio del Instituto Alexander von Humboldt, del 2008, y
un informe de la CAR de abril del 2010, los cuales señalaban que el área de
importancia ambiental en la zona era para entonces de apenas el 4 por ciento.
Al final,
la CAR declaró una franja de 1.395 hectáreas como ‘Reserva forestal regional
productora del norte de Bogotá’, una categoría distinta a la que ordenó por
resolución el Ministerio: “franja de conexión,
restauración y protección como área de Reserva Forestal Regional del Norte”.
· El tercer punto que debe quedar claro es que en el debate sobre la Hammen todas
las voces, incluidos ambientalistas, arquitectos, desarrolladores y el Alcalde,
coinciden en que hay que proteger los recursos ecológicos del norte. Pero
difieren en cómo hacerlo y en si declarar una franja como reserva productora ha
servido o no para lograrlo.El asunto es el cómo
Respecto
al cómo hacerlo, el Alcalde y sus funcionarios han insistido en que los
estudios que usó la CAR para declarar la reserva recomendaban corredores
ecológicos y no el trazado que esa misma entidad le dio a la zona. Así,
proponen modificar el trazado y establecer los corredores ecológicos
inicialmente establecidos. “Nosotros no
pretendemos tener menos áreas de verde, pero sí necesitamos, y esa es la
propuesta, armonizar el desarrollo urbano con la sostenibilidad ambiental,
cumpliendo esos objetivos, pero permitiendo conectar Bogotá con la región”, explica Andrés Ortiz, secretario de Planeación.
La
exsecretaria de Hábitat del anterior gobierno, María Mercedes Maldonado, no
está de acuerdo con la modificación del trazado actual y argumenta que una
reserva no se hace de la noche a la mañana y que reservar los predios, como se
hizo con el trazado, es la manera de proteger un área que busca “conectar ecosistemas únicos en la Sabana para la conservación de la
diversidad”.
Como ven, se trata de una ‘guerra fría’ de 16 años que se ha intensificado a
través de las redes sociales, en donde ha radicado la mayor parte de la
desinformación, cuando lo único cierto es que ni el bosque de conexión existe
ni la ciudad se ha desarrollado hacia el norte. Entre tanto, la ilegalidad y la
ingobernabilidad reinan en la zona de la reserva. Estamos como en 1999.
Razones por las que Peñalosa propone modificar la
reserva
El alcalde
Peñalosa ha dicho que quiere modificar el trazado de la reserva Thomas van der
Hammen, en el norte de Bogotá, para poder construir vías que destraben la
movilidad y garanticen transporte público de calidad. Quiere construir y
extender la ALO, la Boyacá y la Ciudad de Cali, como vías para carros
particulares y con troncales para TransMilenio, pero para hacerlo debe
atravesar la reserva. Aseguró que prepara una propuesta que permitirá aumentar
de 800 a 1.600 hectáreas de espacio público y ecológico en el norte, de uso
público y sin costo para el presupuesto de la ciudad, pero garantizando la construcción
de vivienda y el desarrollo sostenible del norte.
· Explicó que su propuesta es mejor en términos
ambientales porque se podrá hacer realidad la reserva del norte que hoy solo
está en el papel, financiándola con recursos privados a cambio de derechos de
edificabilidad y otras figuras.
Para el
Alcalde, seguir promoviendo el uso del automóvil, con la construcción de baja
densidad como está ocurriendo hoy en municipios de la sabana como Chía, Cota,
Cajicá y Tocancipá, contribuye más al calentamiento global que modificar la
reserva para realizar un proyecto que armonice los recursos ecológicos con el
desarrollo y la necesidad de vivienda y transporte público en el norte y que le
garantice calidad ambiental a la gente.
YOLANDA GÓMEZ TORRES
RESERVA HAMMEN en una lucha de poderes
Informativo Positivo Regional - LA RESERVA THOMAS VAN DER HAMMEN en una lucha de poderes ... Con esa decisión, el plan de expansión de Peñalosa no se pudo poner en ...
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