Soporte científico de la Reserva van der Hammen

    La Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales –ACCEFYN- declara que encuentra suficientes argumentos científicos y académicos para solicitar al gobierno nacional, en cabeza del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, a la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca – CAR–, a la Gobernación de Cundinamarca, a la Alcaldía Mayor de Bogotá y a los demás estamentos e instituciones locales, regionales y nacionales:
   1º Que faciliten y apoyen la declaratoria inmediata de la Reserva Forestal Regional del Norte –RFRN- de Bogotá, tal como lo exigen las normas y leyes vigentes, para que las instituciones encargadas puedan hacer el respectivo Plan de Manejo, coherente con la revisión de los Planes de Ordenamiento Territorial de Bogotá y de los municipios vecinos y con los demás proyectos de expansión y construcción de infraestructuras, basados en la excelente cantidad de datos e informaciones sobre las dinámicas físicas, ambientales, ecológicas, sociales y políticas de que se dispone en el presente, muchas de ellas propiciadas y acompañadas por esta Academia.
   2º Que se considere la posibilidad de designar esta RFRN con el nombre –y en la memoria- de su más insigne propulsor y defensor, el doctor Thomas van der Hammen.
   Jaime Rodríguez Lara, Presidente
   José A. Lozano Iriarte, Secretario General

1º Contexto
   En 1801Humboldt se refirió a los restos de canales y terrazas de los muiscas en la zona al norte de Bogotá, los cuales se podían observar en grandes porciones de terreno descubierto, lo cual permite suponer que había también grandes áreas boscosas, que fueron descritas más tarde por Manuel Ancizar en su Peregrinación de Alfa, conjunto de notas y reflexiones de quien se desempeñaba entonces como secretario de la Comisión Corográfica, encabezada por Agustín Codazzi
   En 1962, los doctores Thomas van der Hammen, Roberto Jaramillo y María Teresa Murillo,  miembros de la ACCEFYNhicieron una caracterización de los parches de bosque andino en los alrededores de Suba y Usaquén, registrando bosques en Torca, la Hacienda Las Mercedes y el Cerro de la Conejera. En 1965, el doctor Enrique Forero presentó su tesis de pregrado en la Universidad Nacional de Colombia, titulada Estudio fitosociológico de un bosque subclimático en el altiplano de Bogotá, sobre el Bosque de las Mercedes o Malezas de Suba, único relicto de bosque andino bajo de planicie en el territorio del Distrito Capital y en la Sabana de Bogotá, hoy declarado como Santuario de Fauna y Flora de Bogotá. El doctor Forero estableció que el bosque ocupaba un área cercana a las 12 hectáreas. Habría perdido cerca de 25 hectáreas entre 1940 y 1965; hoy este importante bosque se reduce a cerca de 6 hectáreas
   En 1977, los doctores Thomas van der Hammen y Gonzalo Correal, apoyados por los estudiantes Andrés Etter y Gerardo Ardilapresentaron un mapa y su respectiva memoria explicativa al Concejo Municipal de Chía, a través del Honorable Concejal Vicente Malo, para sustentar su solicitud de protección de una zona de bosques en el extremo suroriental del municipio, en predios de la Hacienda Torca y sus inmediaciones. La solicitud de protección se basaba en: (1) las excelentes condiciones de conservación del bosque presente en la parte alta de la Hacienda Torca, el cual se extendía hacia el sur, en áreas limítrofes con la ciudad de Bogotá; (2) a la amenaza de destrucción debida a la explotación de canteras en la parte baja del cerro; y (3) al avance de la colonización de la parte alta del cerro con la aparición de fincas de recreo y casas de gran área construida
   En 1997-8, el profesor Thomas van der Hammen lideró un grupo conformado por la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca –CAR-, que concluyó con la publicación de un volumen y un conjunto de mapas. Tanto en el libro, publicado por la CAR en 1998, con la autoría del profesor Thomas van der Hammen, titulado Plan Ambiental de la Cuenca Alta del Río Bogotá (Análisis y orientaciones para el Ordenamiento Territorial), como en los mapas, también publicados por la CAR (1999), en especial en el mapa a escala 1:100.000, titulado Estructura Ecológica Principal deseable para el Plan de Ordenamiento Territorial, se planteó la necesidad de crear y mantener áreas de restauración ecológica y zonas de conectividad, entre ellas una en el borde norte de Bogotá, cuya función debería ser la de conectar varios relictos de bosque que se encontraban en peligro por la expansión urbana, la explotación indebida de canteras y la práctica descontrolada de rellenos con escombros y basuras. Estos relictos incluían el bosque de Las Mercedes, los bosques del Cerro de La Conejera, los bosques y formaciones vegetales de humedales y pantanos en la Hacienda Coralia y los Cerros Orientales, en predios de las antiguas haciendas de Torca y Fusca.
  En 1998, la bióloga Sandra Cortés caracterizó los relictos de bosques en la cuenca alta del Río Bogotá, dedicando atención al Bosque de Las Mercedes, los cerros de Torca, el Cerro de La Conejera y las formaciones de pantano y humedal de Torca y Guaymaral. Durante los primeros años del siglo XXI se han hecho varios estudios de cada uno de estos relictos boscosos y de estas formaciones vegetales por parte de especialistas contratados por las empresas o las instituciones públicas del Distrito Capital o por la CAR
   En el año 2000, el Ministro del Medio Ambiente creó la Misión de Estudios para la definición de lineamientos de política para el desarrollo integral de la Sabana de Bogotá, a la cual le asignó la tarea de asesorar al Ministro en la toma de decisiones sobre algunos puntos cruciales de las discusiones surgidas entre la CAR y el Distrito Capital en torno al Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de la ciudad de Bogotá, y al proyecto de la Avenida Longitudinal de Occidente (ALO) en su tramo norte. Los miembros de la Misión, conocidos como el “Panel de Expertos”, recomendaron al gobierno nacional que declarara una franja de reserva forestal que conectara estos parches de bosque entre sí, asegurando su supervivencia, y que protegiera otros componentes fundamentales en la zona: los suelos, el agua y el paisaje. Esta franja de protección es la misma que propuso desde 1998 el profesor Thomas van der Hammen
   El 17 de mayo de 2000, el Ministerio del Medio Ambiente expidió la Resolución 0475, por medio de la cual se opuso a la urbanización general de las cerca de cinco mil hectáreas del borde norte de Bogotá, y declaró como Áreas Protegidas a la ronda hidráulica y la zona de manejo ambiental del Río Bogotá, a los Parques Ecológicos Distritales de Humedales correspondientes a los humedales de Torca y Guaymaral y demás cuerpos de agua en esa zona, así como a los sistemas hídricos conectantes con la Reserva Forestal Regional del Norte –RFRN-, una franja conectante de la Reserva Forestal Protectora Bosque Oriental de Bogotá con el sistema valle aluvial del río Bogotá – Humedal La Conejera, con un ancho mínimo de 800 metros en sus puntos más estrechos
     El Artículo 5º de la Resolución 0475 de 2000 estableció la Franja de conexión, restauración y protección denominada Reserva Forestal Regional del Norte – RFRN-la cual debería ser declarada por la CAR dada su importancia para la región y concertado su Plan de Manejo con el Distrito Capital. El Ministerio subrayó la obligatoriedad de garantizar el carácter conectante de la RFRN, así como su objetivo fundamental de mantener y/o recuperar la cobertura vegetal protectora, promover la restauración forestal y garantizar la continuidad de los sistemas hídricos y corredores biológicos, cumpliendo el precepto constitucional de la función ecológica de la propiedad. El Ministerio también consideró que el Plan de Manejo deberá prever los casos en que se requiera ejecutar proyectos significativos en zonas aledañas, relacionados con ajustes a los usos del suelo, construcción de infraestructuras y expansión de servicios públicos, asegurando que no interfieran con la función específica protectora que debe mantener esta zona
     En la Resolución 621 de 2000al negar el recurso de reposición interpuesto tanto por el Distrito Capital como por la CAR, el Ministerio reforzó sus argumentos sobre la necesidad de declarar la RFRN como “una franja de conexión, restauración y protección de los pequeños relictos de bosque entre sí, con los cerros, la Sabana y el Valle Aluvial del río Bogotá, para asegurar la continuidad de dichos ecosistemas manteniendo de esta forma los elementos estructurantes del sistema ecológico y ambiental de la Sabana y conservando sus funciones e importancia regional.” Con la constitución de esta franja el Ministerio “pretende detener los procesos de deterioro o desaparición de los bosques de la planicie de la Sabana de Bogotá y de los humedales existentes en ella”, protegiendo, además “una diversidad de especies vegetales y animales, en particular especies endémicas, algunas en peligro de extinción, como Senecio carbonelli (Senecio de pantano), Calceolaria bogotensis (Tote o silvato), Cistothorus apolinari (chirriador), Rallus semiplumbeus (Tingua bogotana), Ixobrichus exilis (garza dorada), Synallaxis subpudica (chamicero), Gallinula melanops bogotensis (Tingua moteada), Troglodytes aedon (cucarachero, especie endémica de la franja de bosque altoandino colombiano), Assio flameus (Búho orejicorto bogotano), entre otros. (…) argumentos adicionales (…) se encuentran en el concepto del Panel relativos a la existencia del bosque andino húmedo bien conservado en los cerros de Torca, de los restos de bosque nativo en el área plana, los andisoles ricos en cenizas volcánicas de la planicie, las diez microcuencas conformadas por los pliegues de los cerros, el alto nivel freático, los humedales de La Conejera, Guaymaral y Torca, el Cerro de La Conejera, conforman un conjunto ecosistémico invaluable como generador de biodiversidad…”. 
   En el año 2010-2011, la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales -ACCEFYN, constituyó una alianza académica y científica con el Instituto de Estudios Urbanos –IEU- de la Universidad Nacional de Colombia, la Universidad de Ciencias Ambientales y Aplicadas –UDCA-, el Instituto Geográfico Agustín Codazzi y la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca –CAR-, para adelantar un estudio integral restringido al polígono que delimita la Reserva Forestal Regional del Norte –RFRN- con el ánimo de producir información confiable colectada en trabajo de campo, sobre las características físicas, ambientales, ecológicas, históricas, sociales, culturales, políticas, económicas, jurídicas e institucionales que sirvan a los entes estatales correspondientes como base para la declaratoria y conformación del Plan de Manejo de la RFRN. 
   2º El estudio, dividido en dos fases

   ha producido información sobre:
   la distribución y características de los suelos (Ricardo Siachoque del IGAC), 
   las aguas freáticas y los sedimentos subsuperficiales y su interacción con los suelos (Sergio Gaviria de la Universidad Nacional), 
   la conectividad del sistema hídrico superficial (Luz Marina Cabrera y Alfonso Romero de la UDCA), 
   el clima local y sus interacciones regionales (Daniel Pabón, de la Universidad Nacional), 
   las coberturas vegetales y sus dinámicas ecológicas (Sandra Cortés, de la Universidad Nacional),
   la distribución y carácter ecológico de los anfibios y reptiles (Laurinette Gutiérrez del IEU), 
   los pequeños mamíferos (Francisco Sánchez y Karin Osbhar, de la UDCA), 
   las mariposas (Gonzalo Andrade, de la ACCEFYN y de la Universidad Nacional), 
   la distribución, conectividad, hábitat y ecología de las aves (Gary Stiles, de la ACCEFYN y Universidad Nacional y Loretta Rosselli, de la Universidad Nacional), 
   historia de las haciendas y los predios entre los siglos XVI y XIX (Henny Santiago, de la UDCA), 
   la distribución predial e historia de la fragmentación entre 1941 y 2010 (Gerardo Ardila y Nelson Pérez del IEU de la Universidad Nacional), 
   la historia y análisis económico y la evaluación económica de propuestas alternativas (Jorge Iván González, del IEU de la Universidad Nacional), y 
   la historia y análisis normativo y jurídico (María Mercedes Maldonado, del IEU de la Universidad Nacional). 
   3º Los resultados iniciales de este estudio integral. Aún en proceso, ratifican la importancia de la zona como área de conexión ecológica de gran valor ambiental y biológico: 
   los suelos, en una gran parte antrópicos, construidos por los muiscas, son enriquecidos por el aporte de cenizas volcánicas transformadas en arcillas convirtiéndolos en excepcionales para la agricultura; 
   las aguas freáticas, en la zona de planicie, mantienen niveles muy cercanos a la superficie aún en épocas de sequía y aumentan la productividad de los suelos y la diversidad de los ecosistemas; 
   las aguas superficiales, que forman espejos de agua de importancia en las épocas lluviosas, se interconectan en una compleja red que responde a muy pequeñas variaciones topográficas para orientar sus cursos hacia el norte, el occidente, el oriente y el sur; 
   las coberturas vegetales divididas en bosques, pastizales y humedales, mostraron una enorme diversidad, con un total de 486 especies (que con líquenes, musgos y hepáticas aumenta a 514 especies), de las cuales el 80% son nativas; 
   las aves, vinculadas a los ecosistemas de bosque, pastizales y humedales, indican una actividad muy importante de conexión con los ecosistemas de los cerros orientales y los cerros de Suba, Chía y Cota y demuestran la persistencia de especies amenazadas, muchas de ellas endémicas; 
   de los pequeños mamíferos se encuentran seis especies en la zona oriental del polígono de la RFRN que no están en ninguna otra zona al norte de Bogotá
   las mariposas, de las cuales se reconocieron 23 especies, 3 familias y 6 subfamilias, permitieron identificar dos especies nuevas para la ciencia, sólo conocidas hasta ahora, en este sector del norte de Bogotá
   A las condiciones excepcionales de suelos, aguas, bosques y biodiversidad, hay que agregar la belleza del paisaje. 
   4º Los economistas, abogados, antropólogos y demás científicos del proyecto consideran que la declaratoria de la RFRN es posible y recomendable y proponen varios escenarios para lograr hacer de esta zona de la Sabana de Bogotá y de la ciudad un modelo de protección del ambiente, capaz de contribuir a la preservación de la vida, con el consecuente bienestar humano; a la disminución de emisiones de gases de efecto invernadero; a la captura y almacenamiento de carbono; a la conectividad y mantenimiento de los ecosistemas regionales; a la construcción de una sociedad más igualitaria y democrática; y a la creación de un laboratorio muy importante para el estudio de la naturaleza y de las dinámicas ecológicas en zonas tropicales de altura, de las interacciones entre componentes abióticos y bióticos, con los ecosistemas específicos y los seres humanos a través del tiempo
   5º No obstante la importancia de todas estas situaciones y la necesidad de preservarlas, hay grupos que desean modificarlas con perjuicio de las mismas y del interés general, por lo cual hacemos esta Declaración.

Comentarios

Entradas populares de este blog

1945. Chulavitas, pájaros, planchadores. Contrachusmeros

La Salsa Discos 8 Mil Canciones

2 Pioneros de La Salsa. La Salsa nació en Colombia

15º Firmas auditoras investigadas por casos corrupción.

8º Robos 2002-2010

7º Robos 1998-2002

4º Bogotá ‘Carrusel de la Contratación’

12º Robos Financieros.