1945. Chulavitas, pájaros, planchadores. Contrachusmeros
1945. Chulavitas, pájaros,
planchadores. Contrachusmeros.
En ese período trágico de nuestra historia,
los colombianos cometimos todas las atrocidades que nos habían enseñado los
caudillos oligárquicos del siglo pasado: mutilaciones, decapitaciones masivas,
descuartizamientos, en fin, todo lo que el lector pueda imaginar y mucho más
que no puede imaginar. El país se agotó en rituales de sadismo y horror.
Comenzó a perfilarse la estrategia guerrera
de la reacción conservadora. Al amparo de la doctrina Truman, se aplica un plan
de violencia "de baja intensidad" en los campos y pueblos. Se trataba
de impedir el triunfo electoral de Gaitán, desmovilizar a los campesinos
liberales, anular la capacidad de resistencia del pueblo y recuperar el control
de la tierra para el gran latifundio. La violencia se encendió otra vez, con
ferocidad inaudita, pero oficialmente reinaba la paz. Las masacres eran frecuentes y se
estima que en ellas murieron más de 130.000 personas. Hasta hace unos años, en Villahermosa, norte del
Tolima, se decía que en no se conseguía un liberal ni para remedio. Las masacres eran frecuentes y se
estima que en ellas murieron más de 130.000 personas.
Comenzaron a conformarse cuadrillas conservadoras, "chulavitas" en Boyacá, “pájaros” en el
Valle, “aplanchadores” en Antioquia, en Tolima, costa caribe.
Encargadas de quitarle la cédula de
identidad a cada campesino liberal, por la razón o la fuerza. Pero en realidad
la estrategia era más profunda: se trataba de iniciar la violencia generalizada
"por abajo", por el campesinado pobre, de manera que cuando llegara a
los "notables" fuera ya demasiado tarde para responder.
Esta estrategia fue tan eficaz, que todavía
hoy muchos historiadores sostienen que la Gran Violencia comenzó en 1948, con
el asesinato de Gaitán, pero cuando fue asesinado, el 9 de abril de 1948, ya la
violencia había cobrado miles de víctimas en los departamentos de Boyacá,
Santander, Cundinamarca, Huila, Tolima, Antioquia y Valle del Cauca, y
comenzaba a dejar su huella sangrienta las regiones cafeteras, eje cafetero.
Chulavitas.
Boyacá. Facción de la policía conservadora que operaba en la región cundiboyacense.
Es el epíteto utilizado para denominar las bandas armadas de origen campesino
en Colombia que existieron durante los primeros años de La Violencia,
conformado por gentes del campo procedentes de la vereda Chulavita, municipio
de Boavita, departamento de Boyacá, reclutados rápidamente en enclaves
conservadores del nororiente del departamento de Boyacá, para defender al
gobierno conservador del presidente Mariano Ospina Pérez, con el objetivo de
restablecer el orden en Bogotá, la cual estaba sumida en el caos, el pillaje y
la violencia callejera debido al Bogotazo, que fue una manifestación espontánea
de una turba enfurecida tras la muerte del caudillo liberal Jorge Eliécer
Gaitán. Los Chulavitas cumplieron su misión con eficacia, aunque con exceso de
fuerza; luego fueron usados como contrapeso a las guerrillas liberales
denominadas también como Los cachiporros, estacionadas en los Llanos
Orientales, razón por la cual algunos historiadores los definen como la semilla
del conflicto armado en Colombia.
Pájaros.
Valle del Cauca. Un grupo armado ilegal que
existió durante los años de La Violencia conformado por campesinos y habitantes
de filiación conservadora, procedentes de pueblos con dicha filiación,
principalmente en el Valle del Cauca y sobre todo en Tuluá, análoga los
chulavitas. El objetivo de los "pájaros", nombre dado en 1953 tras el
ascenso de Laureano Gómez a la presidencia y con el poder definitivamente
conservador, era asesinar e intimidar a los residentes y campesinos de filiación
liberal opositores a los gobiernos de Mariano Ospina Pérez y Gómez. Los pájaros
eran pagados con buenas sumas de dinero por los caciques conservadores:
Asesinos a sueldo, patrocinados por terratenientes o gente del poder, para
eliminar opositores políticos. Los “Pájaros” tenían como norte fundamental
eliminar liberales. El más conocido de ellos fue León María Lozano, alias “El
Cóndor”, que desde Tuluá, Valle del Cauca, determinaba quien vivía y quien
moría en la región, en el propósito de hacer viable la “cordillera azul”.
Llanos Orientales. En el caserío La Bonita, Villahermosa, norte del
Tolima, su crecimiento y proyección en manos de colonizadores antioqueños
llegados de Abejorral y Sonsón, hacían prever que el azul prevalecería, por
encima de cualquier requerimiento social o económico. Hasta hace unos años, en
Villahermosa, se decía que en no se conseguía un liberal ni para remedio.
Cundinamarca.
Una de esas cacerías ha quedado en la memoria de los colombianos como prueba
patente de la eficacia del ejército nacional. El legendario guerrillero Efraín
González, conservador, se mantuvo fuera de la ley durante años y fueron
necesarios más de 1.000 soldados para cazarlo en el centro de Bogotá, en una
persecución que duró varias horas. Se destruyeron edificios y se utilizó
artillería para eliminar a un bandido fugitivo armado con una pistola. Después
de la batalla de Boyacá, que selló la independencia del país en 1819, no se
había visto tanto heroísmo.
1946 La Guerrilla Liberal. Grupos
liberales armados que se consolidan durante el gobierno de Rojas Pinilla, que
controlan de norte a sur toda la cordillera, en defensa de liberales y venganza
sectaria, como reacción a la guerra
desatada por Mariano y Laureano. Guerrilla liberal o "chusma"
contra los "comuneros" o “chulos” miembros del ejército. Cuando los campesinos denunciaban los atropellos
ante el ejército en espera de protección y
justicia, el militar de mando preguntaba a qué partido pertenecían, y, oyendo
que al liberal, decían: "¿Cachiporro? Que se los traguen los chulos".
Los asesinados se diferenciaban, a bala, si eran por guerrilleros liberales,
con ‘corte de franela’ ejecutados por las cuadrillas conservadoras.
De los jefes liberales alzados en armas en
los años 40 y 50, los más mentados eran, aparte de Guadalupe Salcedo, Eduardo
Franco Isaza, Eliseo Velásquez, Tulio Bautista y sus 4 hermanos, Carlos
Rodríguez “el pote”, Bernardo Giraldo “el tuerto”, Rafael Sandoval “failache”,
Eduardo Nossa, y muy destacadamente, Dumar Aljure “el valiente”. En vísperas
del advenimiento del régimen militar que negoció con ellos, el número de
guerrilleros se calculaba en unos 3.000, auxiliados por 2.000 colombianos más.
Si se les preguntaba por qué estaban en combate, respondían: “para entregar el
poder al pueblo Gaitanistas”.
En
Tolima, Huila, Eje cafetero, Norte del Valle. Adoptaron nombres de miedo,
Capitán Veneno, El Tigre, Alma Negra, Zarpazo, Capitán Venganza, el pollo de la
Tebaida, Sangre Negra y Tarzán, 2 de los más feroces bandoleros del fin de la
violencia, "Desquite" sus cuadrillas sembraron el terror en los
territorios del Tolima y el viejo Caldas, entre 1956 y 1963. Sembraron el
terror por todas las comarcas del país. Uno a otro fueron asesinados, en
cacerías que costaban la vida a civiles de toda condición y edad.
Quindío. La más importante de dichas
"guerrillas" era la comandada por el reservista tolimense Teófilo
Rojas Barón alias "Chispas"; logró abarcar en su zona de control casi
todo el municipio de Calarcá, con sus corregimientos de Córdoba, Quebrada
Negra, Barcelona y Albania y parte considerable de Génova, Pijao y Armenia. La
evocación de un campesino parcelario sobre su propia suerte entre 1950 y 1953, la
remembranza de otro campesino letrado de la situación vivida desde 1954 en su
vereda, una de las áreas controladas por "Chispas", de los comerciantes de las tiendas, incluyendo
algún conservador y en las veredas de los otros municipios de la cordillera
oíamos decir sin cesar durante la serie de entrevistas: "Si no es por
Chispas, destruyen a todos los liberales del pueblo" o "Gracias a
Chispas pudimos conservar las parcelas".
No existen
registros que "Chispas" o "El Mosco" o los jefes de las
principales cuadrillas liberales que se gestaron antes del "Frente
Nacional", hubiesen hecho riquezas traducibles en tierra o en inversiones
urbanas. "Chispas", por ejemplo, durante la tregua de 1958 a 1959
aparece como un propietario pequeño que cultiva con sus propias manos la
tierra. La compra de la "mejora" habría sido posible mediante un
préstamo otorgado por los fondos gubernamentales de Rehabilitación.
Después de entregar sus armas en 1955,
fueron cazados y exterminados los ex combatientes. El jefe guerrillero
Guadalupe Salcedo desmovilizado, fue asesinado en 1957. Junto a Salcedo se
entregaron otros jefes guerrilleros liberales: Dumar Aljure, Eduardo Fonseca,
Carlos Perdomo y Jorge González. Algo parecido sucedió en escenarios distintos
a los Llanos: en el Tolima, en Santander y en Antioquia.
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