7º Robos 1998-2002
7º Robos 1998-2002
1986 La maleta de
Fonseca.
Diego Pardo Koppel y
el Cartel de Cali. Están relacionados con el extravío de una maleta con 250 mil
dólares que fue a parar a Nueva York, episodio por el cual debió renunciar
Pardo en 1986 a la Alcaldía de Bogotá, un mes después de ser nombrado por
Belisario, tras admitir que había recibido honorarios de Guillermo Rodríguez
Orejuela para testimoniar en Nueva York contra las autoridades colombianas.
1999 Banco del Estado.
Robo $15 mil millones.
El CTI detuvo a Henry Avila, presidente de la entidad estatal, acusado de
prestar en forma irregular más de $15 mil millones para a tan sólo 9 personas y
sin tener las garantías reales legales. Avila rindió indagatoria ante la
Fiscalía y pasó de acusado a acusador,
al denunciar que sus antecesores se robaron más de $70 mil millones de esa
entidad oficial.
También, fue capturado Diego Pardo Koppel,
embajador de Colombia en México y
alcalde de Bogotá, sindicado de haber obtenido en forma irregular un
préstamo de $400 millones y 2 compromisos bancarios, para importar automóviles,
cada uno por $600 millones del Banestado. Como Pardo Koppel no cumplió con sus
obligaciones, la firma automotriz hizo efectivas las garantías y así los $1.200
millones tuvieron que ser pagados por el Banestado. Pardo pago parte de las
acreencias con pauta publicitaria a través de 2 programadoras de televisión en
el canal regional de Teveandina y en la programadora Prisma T.V. en donde era
socio Pardo Koppel, con 400 minutos de pauta publicitaria y entregó a otra
programadora del mencionado canal, un lujoso automóvil a cambio de 125 minutos
adicionales de comerciales, que endosó al Banco del Estado para completar el
pago.
Pardo regresó al país para darle sus
explicaciones al presidente Andrés Pastrana. Al ser consultado por los hechos
dijo: ‘Es una Persecución Política’. Sigue manteniendo su domicilio en México.
1999 Chambacú.
En el gobierno de Andrés
Pastrana, pero que afectó también a funcionarios de las administraciones
Gaviria y Samper, se acusó a los mindesarrollo Fernando Araujo Perdomo y Luis
Alberto Moreno de aprovechar sus cargos, para negociar en términos favorables con
el INURBE, en favor del Consorcio Chambacú de Indias S.A., del cual eran
socios, un lote para desarrollar un proyecto de construcción llamado
"Chambacú" en Cartagena, desalojando a la población que estaba en el
lugar, formado por asentamientos irregulares de extrema pobreza, conocido como Chambacú.
El sector era codiciado desde hace años por su estratégica ubicación entre los
principales atractivos turísticos de Cartagena, el Castillo de San Felipe y la
Ciudad Amurallada o Centro Histórico.
El periodista Ignacio Gómez publicó un
artículo denunciando el drama de las familias afros que, a través del Estado,
habían sido desalojadas de los terrenos de Chambacú trasladándolas a otro
sector conocido como Papayal, del cual no apareció registro catastral en
el Instituto Geográfico Agustín Codazzi entidad del estado que maneja el
inventario nacional de inmuebles públicos y privados del país. Alfonso Gómez Méndez,
fiscal, y Jaime Bernal Cuellar, procurador, anunciaron que se abrirían indagaciones
penales y disciplinarias por irregularidades y conflicto de intereses a todos
los funcionarios involucrados, entre ellos, Araujo y Moreno. Precluyeron los
cargos contra Fernando Araujo y Luis
Alberto Moreno, director del BID
1999 Dragacol.
Robo $3.8 billones. El pago de $1.2 billones de un contrato firmado
entre entidades del estado y la empresa Sociedad de Dragados y Construcciones
de Colombia y del Caribe S.A Dragacol, en marzo de 1999. Dragacol no cumplió
con el contrato para la ejecución de dragados en el canal del Dique de acceso al puerto de Barranquilla, al río
Magdalena y al canal de acceso del puerto de Buenaventura. En la conciliación laboral
entre Dragacol y el Mintrabajo por incumplimiento del contratista, se llegó a
un acuerdo económico por cerca de $26 mil millones a favor del estado, firmado
el 6 de noviembre de 1998, haciendo evidente una falla en las exigencias
económicas al contratista. Fue denunciado en el Congreso por el congresista Javier
Cáceres Leal ‘Chuzo a los
corruptos’, condenado después por NarcoParaPolítica.
Más de 30 funcionarios fueron
investigados a raíz de estos hechos, todos absueltos, -Alfonso Campo Soto, actuando como ministro encargado,
autorizó el contrato 98 de mayo 11 de 1995 para el dragado y limpieza del
río Magdalena por $6.794 millones. -Juan Gómez Martínez, mintransporte, en diciembre
27 de 1995 autorizó un otrosí para incrementar en un 30% el valor del anticipo
del contrato 0098. Ocurrió lo mismo con German Villegas, gobernador del
Valle, en los contratos 0234 de octubre 20 de 1994 por $7.464 millones y
el 286 por $7.500 millones. - Carlos Hernán López y Rodolfo Espinosa,
autorizaron el contrato 217 de noviembre 17 de 1996 el cual estipulaba el
mantenimiento del canal de acceso al Puerto de Barranquilla por $400 millones.
- Rodrigo Marín Bernal, mindesarrollo, inició una conciliación con Dragacol por
cerca de $3.8 billones. - Mauricio Cárdenas, autorizó la conciliación cuando
Dragacol pretendía demandar al Estado ante el Tribunal de Cundinamarca, pero
luego se retractó y pidió anularla.- Reginaldo Bray, Gestionó la conciliación a
nombre de Dragacol, de la que era gerente y dueño.
Después de 10 años
que duró todo el proceso 13 jueces vieron el caso, algunos de los cuales se
declararon impedidos para juzgar, Bray fue declarado inocente al no haber una
"prueba contundente" por el Juez 3 Penal del Circuito de Bogotá,
acusado de peculado por apropiación de $17 mil millones. –Juan Alberto Páez,
vicetransporte participó el comité de conciliación. –Hugo Escobar, abogado de
Dragacol, cuando se firmó la conciliación.
Un
fallo del Consejo de Estado ordena el embargo de las dragas y otras naves de
Dragacol, para lo cual oficia al Director Marítimo de Dimar. De los $26 mil
millones se debieron pedir según el Consejo de Estado, una suma que no
excediera los $4 mil millones. Se embargaron las cuentas corrientes y de
ahorros en entidades financieras que figuren a nombre de Dragacol y declaró
responsable solidario al ministro Cárdenas basándose en el inciso segundo
del artículo 40 de la ley 472 de 1998. La decisión de vincular al ministro fue
posteriormente revocada por la Corte Constitucional.
1998. Fiduciaria
del Pacífico. Corporación Financiera del Pacífico. Robo $13 mil millones. Fidupacífico
adquirió derechos y acreencias de trabajadores de Colpuertos. Estos títulos
valores fueron posteriormente vendidos a Bancali. En su momento, David Toledo,
gerente de la fiduciaria, recomendó la negociación a la junta directiva, y la
justificó con el argumento de que por tratarse de deudas de la Nación con los
trabajadores de Colpuertos “el riesgo era mínimo”. Muchos trabajadores
que, pasados 7 años de la liquidación, no habían recibido un peso de
Foncolpuertos decidieron entregar sus mandamientos de pago a Fidupacífico, cuyo
presidente era Jorge Alberto Lloreda Garcés, hijo de Álvaro José Lloreda
Caicedo. Propietarios del diario conservador, El País de la ciudad de
Cali, Valle del Cauca.
Corfipacífico. Una parte de los derechos
fiduciarios que los trabajadores de Colpuertos tenían en Fidupacífico,
respaldados por los mandamientos de pago, fueron adquiridos por la Corporación
Financiera del Pacífico, también propiedad de Álvaro José. Esta entidad, a su
vez, en octubre de 1998 ofreció venderlos a Bancali, entidad pública dedicada a
hacer inversiones con el dinero del municipio. En diciembre 28 de 1998 Bancali
pagó $13 mil millones a Corfipacífico y se quedó con derechos fiduciarios
respaldados por mandamientos de pago a favor de trabajadores de Colpuertos. La
transacción se cerró 4 días después de que la Superbancaria le ordenó a
Corfipacífico hacer una capitalización por $18 mil millones, dada la grave
situación de iliquidez que enfrentaba esta entidad.
El estatal Fondo de Inversión de Cali,
Bancali, está en liquidación debido a las pérdidas que acumuló entre 1997 y
2000 no sólo por este negocio sino por otros muchos con resultados parecidos.
El escándalo llevó a la Fiscalía a investigar la operación entre Fidupacífico,
Corfipacífico y Bancali, llegando a la conclusión de que si bien los implicados
no tuvieron nada que ver con las falsificaciones de las actas de conciliación,
Lloreda y su hijo sí vendieron los derechos económicos originados en ellas a
sabiendas de que tenían el riesgo de ser incobrables.
Entre
las pruebas con que los fiscales sustentaron su acusación hay 3 que, en
criterio de la juez, la llevaron a decretar la condena: 9 años de cárcel a
Álvaro José Lloreda Caicedo y Jorge Alberto Lloreda Garcés, padre e hijo, a
quienes la juez penal del circuito de descongestión de Bogotá, Claudia Marcela
Castro Martínez, halló culpables de estafa agravada. Además, la juez condenó a
los 2 implicados al pago de $13 mil millones a favor del liquidado Fondo
Especializado Financiero de Cali Bancali. Al emitir su condena la juez
consideró que los 2 sindicados conocían los problemas que tenían los
mandamientos de pago y que aun así, resolvieron vendérselos a Bancali. “Los
directivos del Grupo Pacífico intencionalmente ocultaron la información que les
había sido suministrada acerca del posible no pago de los activos de
Foncolpuertos”, dice el fallo.
La 1ª. Demuestra que 7 días antes de la
operación, la jurídica de Foncolpuertos envió a Fidupacífico una carta en que
aclara que “dadas las irregularidades y falsificaciones detectadas por la
Fiscalía a un gran número de mandamientos de pago y sentencias, Foncolpuertos
no se compromete a ordenar su pago”.
La 2ª. Aduce que por la investigación que
hizo Fidupacífico, cuando aceptó el encargo fiduciario de los trabajadores de
Colpuertos, sabía que algunas de las conciliaciones que daban lugar a los
órdenes de pago eran falsas.
La 3ª. Es que la urgencia que tenía
Corfipacífico de capitalizarse en $18 mil millones para no ser intervenida hace
aún más sospechosa la operación.
Álvaro José Lloreda Caicedo, entro al sector financiero,
estimulado por los logros de sus primos Ulpiano y Armando Lloreda Zamorano,
quienes construyeron la Corporación Financiera del Valle. Con sus hijos, su
esposa fueron consolidando al grupo financiero Lloreda como el 6 más grande del
país. Se desato esa impresionante cadena de hechos que llevaron a liquidación
de ese grupo financiero y todos los acontecimientos que rodearon las
investigaciones judiciales que no solo se enfocan por la negociación de los mandamientos
de pagos de Foncolpuertos, sino en la compra y venta de cartera a cooperadores,
Interbanco, Bancali, así como el caso del sacerdote Raymund Schambach Garcés, a
quien involucraron en el ingreso de más de $20 mil millones a través de
Corfipacífico. Esta es la triste historia de uno de los empresarios más
exitosos y visionarios del Valle del Cauca, quien comenzó a perder su rumbo
cuando abandono el periodismo para convertirse en banquero, actividad que según
los abuelos les roba el corazón a las personas.
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