¿Militarizar Medellín?
La oleada reciente de robos en todos los barrios de
Medellín ha originado que en redes sociales muchas personas estén pidiéndole al
alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez Zuluaga, que reconsidere la posibilidad
de buscar una salida más drástica a esta problemática.
Medellín es una ciudad que tiene grandes
complejidades, no solo por su topografía, sino también por las fronteras que
comparte con ciudades como Envigado, Bello, Itagüí, y de una u otra forma con
la Estrella y Sabaneta.
Aspectos mencionados por el contexto
necesario para poder analizar a detalle la situación actual de seguridad de la
ciudad. Comprendiendo la situación como Área Metropolitana, entendemos que para
la delincuencia no hay fronteras.
Los delincuentes, así no se creyera, son muy
organizados, tienen estructuras minuciosamente sincronizadas, equipos de
telecomunicaciones, en muchos casos tienen coactada la fuerza pública y fuera
de eso, hay un amparo claro y verídico por parte del actual sistema judicial en
Colombia que protege y premia a quien comete un delito al dejarlo libre por
razones como: el delito es excarcelable, no fue en flagrancia, mal capturado o
simplemente las cárceles están llenas.
Los delincuentes tienen todo en
bandeja de plata
En tal virtud, hoy un delincuente tiene todo
servido en bandeja de plata, está prohibido el porte ilegal de armas o sea que
ya van a la fija a robar a cualquier persona, porque saben que no pueden estar
armados, pero los ladrones si están armados.
En segundo lugar la posibilidad de
movilizarse en motocicletas a alta velocidad, violando normas de tránsito y con
placas alteradas y que las autoridades no digan nada, es su principal
herramienta de trabajo.
Tercero se encuentra cuando se analizan los
pro y los contra de esta actividad y un ilegal revisa que probabilidades tiene
de perdida y que consecuencias asumiría, se da cuenta que tiene grandes
beneficios si lo cogen con un arma de juguete, o si el arma que tiene
simplemente lo pueden sindicar de porte ilegal pero es excarcelable o como
saben que las cárceles están con hacinamiento no los van a mandar allí.
Además que la Policía no pueda reaccionar a
tiempo, no pueda prevenir esta clase de delitos también es una gran falencia de
nuestro sistema, hoy los policías no pueden accionar un arma ni pueden trabajar
preventivamente pues serian ellos formalmente acusados de homicidio y el ladrón
quedaría en la calle tranquilo y el policía en la cárcel buscando dinero para
pagar un abogado.
Teniendo esto presente y aclarando que la
inseguridad en Medellín es desde hace muchos años, porque venimos cargando un
lastre terrible y trágico que pareciera un karma, que es el narcotráfico, pues
cada administración ha hecho lo que en su sapiencia ha querido hacer y ha
creído saber hacer, unos más acertados que otros.
En ese orden de ideas, el alcalde Federico
Gutiérrez lleva 12 meses en el primer cargo de la ciudad y el llegó a la
alcaldía con la promesa de devolver la seguridad a los ciudadanos, indicando
que los delincuentes debían tener miedo.
Gutiérrez en su mandato ha realizado
acciones contundentes, contra puntos que nadie se atrevía a tocarlos y los ha
intervenido, lo cual desata represalias. Cuando uno se mete a estas ollas es
cuando se alborotan los delincuentes.
¿Cuál es la falencia de esto?
A Gutiérrez le ha faltado insistencia y
constancia en estos operativos, está bien meterse un día a la bayadera pero no
volver significa que fue algo momentáneo, igualmente los retenes una vez al mes
o cuando todo esta patas arriba, se necesita más constancia por parte de la
administración atacando todos los puntos que están demostrados que son
puntos rojos y hay delincuencia, que están afectando y matando como un cáncer a
Medellín.
La mayoría de la comunidad conoce lo que sucede en Barrio Triste, Barrio
Antioquia, Barrio Colombia, en la Bayadera, en el centro de Medellín, sectores
de la Veracruz y el centro comercial Opera, entre otros muchos lugares.
Es seguir interviniendo lo que se sabe que está podrido, pero no solo un
día sino a través de toda la permanencia de la administración.
Hoy la gente está desesperada, creemos no exagerar con esto, pero el
clamor que nuestro equipo registra en las redes sociales es claro.
Hoy Medellín es una ciudad que no es segura, es una ciudad donde no se
puede andar tranquilos y es preferible no salir de la casa o salir casi sin
nada para evitar ser robado, medianamente salir tranquilo a expensas que lo
puedan matar porque no tiene nada, porque ese es otro punto de los que
preocupa, que los ladrones están matando a los que mínimamente se oponen a un
robo, caso que sucedió con un japonés en inmediaciones del estadio Atanasio
Girardot.
Entonces es la conjugación de toda una serie de problemáticas que sin
seguridad, impunidad y falta de protección lleva a que la gente diga: señor
alcalde por favor militarice Medellín, no confiamos en la Policía, no
entendemos porque los ladrones pasan por el lado de un retén y no los detienen,
pero si retienen a un mensajero, necesitamos presencia militar.
¿Militarizar Medellín?
Primero los militares hoy tienen un papel mucho más mesurado en la vida
pública, luego de haberse acabado en teoría la guerra con las Farc, en la
práctica se ha mermado la presencia de militares en muchas partes del país y
hay puntos tan álgidos como la 33, la 30, la ochenta, los balsos, la inferior,
las vegas que hoy son zonas vetadas para los ciudadanos de bien.
Las personas han optado por no transitar en estas vías por temor a que
los roben, es inconcebible que la 33 y la 80 sean un corredor del crimen, y no
se tomen acciones con la Policía. Se puede igualmente indicar, que de Las
Palmas hasta la 33 de Santa Gema es donde más delitos ocurren.
Según una cifra reciente, en Medellín se comete un hurto cada 47 minutos
y ese dato no es nada alentador.
Gutiérrez debe analizar la propuesta de militarizar Medellín, dejar a un
lado tabús y comentarios de personas que quizá son más tibias para enfrentar
los problemas de seguridad, pero lo cierto es que hoy la situación demanda
acciones y decisiones serias, contundentes y eficaces.
Si a la Policía nacional le quedo grande cuidar Medellín es hora de que
el ejército, preventivamente, para revisar cómo se puede hacer una
sincronización efectiva de fuerzas que terminen por dar a los delincuentes de
baja en el acto o que simplemente aseguren que esto no suceda más en Medellín.
Hechos como el robo del americano en Los Balsos, Catherine Ibarguen,
Andrés Cepeda e incluso alias Popeye han prendido las alarmas en la ciudad,
porque como ellos hay muchos en Medellín.
La comunidad confía en el alcalde y sus buenas intenciones, se cree que
puede haber un mejor desempeño pero si es hora de tomar decisiones más
contundentes.
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