17º Las Guerras Civiles en Colombia.
17º
Las Guerras Civiles en Colombia.
1778 “Sublevación de los Pardos”. Valle del Cauca. Fue una zona caracterizada por las revueltas de
negros y gentes del común en el siglo XVIII. En 1778 tuvo lugar un movimiento
llamado “Sublevación de los Pardos”, en el que la población negra de
Llanogrande, la actual Palmira y Tuluá, se rebeló contra el trabajo obligatorio
que debían prestar en el camino del Chocó.
1780. Rebelión de los Negros. Valle del Cauca. Las restricciones en la siembra de tabaco
motivaron también el enfrentamiento con las autoridades por parte de los negros
libres de Puerto Tejada, Candelaria, Llanogrande y Tuluá en 1780; en este caso,
la protección de grupos de negros armados permitió que el tabaco, pese a las
prohibiciones, se continuara cultivando. En la insurrección registrada en
Cartago, las acciones se dirigen contra los guardas y estancos de aguardiente,
y se pegan en las casas de los guardas pasquines que advierten sobre ataques
sino se derogan las medidas fiscales. Al no ser depuesta la nueva legislación,
se efectúan ataques a los estancos en los que participan mulatos.
1781. Rebelión de los Comuneros. Primera
Etapa. ‘Reforma Tributaria’. Los
impuestos motivaron los levantamientos del común. Las reformas borbónicas con
el fin de incrementar los ingresos reales, mejorar el control burocrático sobre
las colonias e incrementar la extracción de sus riquezas, imposición de nuevos
impuestos, monopolios o de su
incremento, el impuesto de la armada de Barlovento, produjeron rechazo,
protestas y levantamientos de
comerciantes, propietarios de tierra, arrendatarios, y consumidores.
La revuelta fue encabezada por compradores y
expendedores de ganado, a quienes se les imponía un gravamen de un real por
cada cabeza de vacuno.
La imposición del estanco del tabaco, que le
daba al gobierno español el control de su producción y comercio, afectó a los
empresarios privados acostumbrados a su comercio y a los beneficios derivados
de su favorable relación con los cosecheros y pequeños propietarios, dado que a
estos la hoja no se les cambiaba por dinero sino por mercancías. Como la
administración directa no se imponía sólo al tabaco, en otros ámbitos también
se lesionaron los intereses de la élite criolla.
A nivel de los sectores populares, lo que
más afectó fue el alza en los gravámenes sobre el tabaco –dos reales por libra–
y el aguardiente, y sobre todo la restricción al cultivo de tabaco, junto al
hecho que la represión al cultivo acarreó no sólo la destrucción de las
siembras sino daños a otros cultivos, así como robos, abusos y atropellos por
parte de los guardas, sin contar con la prisión y la imposición de penas
secundarias impuestas sin ninguna equidad. La composición de las tierras de
resguardo afectó, además de los indígenas, a mestizos y blancos pobres que
trabajaban en dichas tierras. Cronología:
1781
16 de marzo. La protesta comunera inicia en la provincia del Socorro y se generaliza por las poblaciones de los actuales departamentos de Boyacá y Cundinamarca, como Chatalá, Pamplona, Zipaquirá, Maracaibo, Tequia, Riachuelo, Simacota. Entre marzo 16 y junio 7 de 1781, se presentan 33 tumultos en toda la región.
16 de marzo. La protesta comunera inicia en la provincia del Socorro y se generaliza por las poblaciones de los actuales departamentos de Boyacá y Cundinamarca, como Chatalá, Pamplona, Zipaquirá, Maracaibo, Tequia, Riachuelo, Simacota. Entre marzo 16 y junio 7 de 1781, se presentan 33 tumultos en toda la región.
18 de abril. Se da lectura a Nuestra Cédula
o Cédula del Pueblo. El pasquín que plasmó los objetivos iniciales de la
rebelión, estaba redactado en verso, escrito por un fraile dominico y el
criollo Jorge Lozano de Peralta. Se nombró a Juan Francisco Berbeo, comandante
general, y como capitanes a Antonio Monsalve, Francisco Rosillo, José Antonio
Estévez, Ramón Ramírez y Joaquín Fernández Álvarez.
Los únicos miembros del pueblo que alcanzaron
título dentro del movimiento fueron el labrador José Antonio Galán, el portero
del Cabildo del Socorro, Manuel José Ortíz, y el tejedor de mantas Isidro
Molina. Otros personajes que aparecen en los motines iniciales son el
talabartero Lorenzo Alcantuz, la cigarrera Manuela Beltrán, el tejedor de
mantas José Delgadillo, los carniceros Ignacio Ardila, Pablo Ardila, Roque
Cristancho, Miguel Uribe, el arriero Hilario Galán, los labradores mestizos
José Velandia y Francisco Antonio Mesa y los sombrereros mestizos Nicolás
Pedraza y Miguel Fulgencio de Vargas.
7 de mayo. El Supremo Consejo de Guerra
definió como prioridad la movilización militar sobre Santafé. En su camino, el
ejército del común derrota la expedición pacificadora que había salido a hacerle
frente en Puente Real, hoy Puente Nacional.
12 de mayo. Apresamiento del oidor por tropas
del ejército del común.
19 de mayo. En Casanare, vecinos criollos
dirigidos por Javier de Mendoza, quien se había designado como subalterno del
rey inca Túpac Amaru, se tomaron las principales ciudades, abolieron los
impuestos y depusieron al gobernador.
26 de mayo. Levantamiento en Támara por la
situación que pasan tejedores e indios a causa de los nuevos impuestos.
29 de mayo. El ejército comunero, que 20.000
mujeres y hombres, avanzó con la toma de Girón.
2 de junio. Se consolidó la insurrección al
llegar a Zipaquirá, a un día de distancia de Santafé.
7 de junio. Se aprueban las capitulaciones de Zipaquirá. Llegado a Zipaquirá,
el ejército del común dividió opiniones cuando tuvo que decidirse entre avanzar
hacia Santafé o negociar. El comandante general Francisco Berbeo y los
capitanes generales estuvieron a favor de la negociación, en contra estuvieron
el resto de los comuneros.
El regente visitador nombró al arzobispo
Caballero y Góngora como principal negociador de la Junta, recibió de Berbeo
las Capitulaciones, un documento con 35 puntos que exigía reformas
administrativas, mayores oportunidades para los criollos y un mejor tratamiento
para los indígenas, y lo firmó el 6 de junio, siendo a su vez aprobado por la
Audiencia al día siguiente. Percibida la firma como una victoria y en
condescendencia con las autoridades, Berbeo ordenó la dispersión del ejército
comunero. Entre lo acordado en Zipaquirá destaca:
1º -la abolición de los
impuestos de la armada de Barlovento,
2º -el de guías y tornaguías,
3º -el de ramo de barajas,
4º -el gracioso donativo,
5º -el de las medias anatas;
6º -la rebaja del impuesto de
alcabala;
7º -el retorno a los antiguos
precios de productos como el aguardiente, la sal, el papel sellado y la
pólvora, las tarifas de correos.
-Se derogaron:
8º -el estanco de tabaco,
9º -los peajes de entrada a
Santafé,
10º -el decreto que ordenaba la
limitación del número de tiendas.
-Se estableció:
11º -el derecho de armar
rancherías en tierras cercadas a orillas de los caminos por parte de los
viajeros.
-Respecto a los indios:
12º -se rebajaron los tributos,
13º -se los exoneró del pago de
derechos religiosos,
14º -se les concedió los
beneficios y explotación exclusiva de las minas de sal.
15º -Se aprobó la posibilidad de
que regresaran a los resguardos, siempre y cuando no hubiesen sido rematados,
16º -de convertirse en
propietarios individuales.
-En cuanto al clero:
17º -se rechazaron los derechos
eclesiásticos,
18º -se pidió el control sobre
los derechos que cobraban los clérigos, los notarios y los escribanos
religiosos.
-Se planteó:
19º -la preferencia para los
americanos en los empleos de primera y segunda categoría,
20º -el mantenimiento del
ejército del común,
21º -el nombramiento de un
corregidor
22º -Justicia mayor para los
pueblos,
23º -el perdón general para
todos los participantes en la rebelión.
6 de julio. El virrey Flores, que se había
fugado para Cartagena, desconoció los acuerdos totalmente, confirmando su
negativa, envía 500 soldados a Santafé, para restaurar el orden.
Radicalización, expansión de la revuelta y
Berberismo. Segunda etapa.
8
Junio. Galán se desplaza por los pueblos del valle del río Magdalena. El
momento de mayor radicalidad en la rebelión comunera tiene lugar después de la
firma de las capitulaciones, cuando José Antonio Galán da nuevos rumbos a la
revuelta llevando a cabo liberaciones de esclavos, reparto de tierras y sustitución
de autoridades. Galán, quien no había estado en la firma de los acuerdos A su
paso, las rebeliones de indígenas y negros se desencadenaron. Al mismo tiempo
que los berberistas desmovilizaba el ejército del común y que Galán hacía su
campaña revolucionaria en el Magdalena, se presentaban nuevas insurrecciones en
la provincia de Antioquia, los llanos orientales y algunos lugares de la
provincia de Popayán. Del mismo modo, se presentaron en junio tumultos en
Ocaña, Lobatera y Rosario de Cúcuta.
Mestizos, negros e indios se plantean
reivindicaciones propias; de ahí la liberación de esclavos y la negación de la
autoridad real, reconociendo por el contrario a Túpac Amaru como nuevo rey en
las Indias.
En Casanare, el gobernador reunió indios de
varios pueblos y se juró por el rey inca.
En Neiva, los mestizos insurreccionados,
ante el imperativo de rendirse formulado por el gobernador de la provincia,
contestaron que no tenían ninguna orden del rey Túpac Amarú para hacerlo.
Berberismo.
Soborno y Traición. La dirección de la 1ª. Etapa del movimiento, conformada
por el notablado local y criollos blancos pobres, Juan Francisco Berbeo, comandante
general, los capitanes generales, Salvador Plata, Antonio Monsalve, Francisco
Rosillo, José Antonio Estévez, Ramón Ramírez y Joaquín Fernández Álvarez, fueron
sobornados por la corona española, con entrega de poder local, recaudo de los
impuestos, manejo de los monopolios, tierras en sus provincias de origen,
promesa de títulos nobiliarios y el perdón por liderar la rebelión, a cambio se
comprometieron y fueron parte activa en el proceso de represión. Berbeo, ordena
obstaculizar las comunicaciones con el Ejercito de los Comuneros comandado por
José Antonio Galán, perseguirlos, aniquilarlos, capturarlos y asesinarlos.
Salvador Plata, apresa con engaños a Galán.
El cierre de la 2ª. Fase de la rebelión
estará marcado por la traición, apresamiento y muerte de Galán, junto con
Isidro Molina, Lorenzo Alcantuz y Manuel Ortiz; así como por la persistencia de
la protestas.
12 de junio. En Honda se ordena que sea vendida
la azumbre de aguardiente a 9 reales.
16 de junio. Galán entra a Mariquita.
17 de junio. En Antioquia. Se presentaron
protestas en distintas regiones que no tuvieron ninguna coordinación. En las
poblaciones de El Guarne, La Mosca, Rionegro y Palencia se formaron entre
esclavos y gentes del común, que contaron con el apoyo del alcalde de Rionegro.
El primer motín tuvo ocasión en Guarne, contra el establecimiento de pulperías
y el cobro de 2 pesos de oro limpio para obtener el título de mazamorreros
lavadores.
En Julio, se registraron protestas en
Rionegro, de donde se propagó por Medellín, Arma, San Vicente y Marinilla. Este
alzamiento de los propietarios mineros de la región junto con mestizos que
trabajaban como mazamorreros o se dedicaban al comercio, tenía como fin pedir
que se limitara la extensión de las minas y la abolición de los impuestos de
“mazamorreo” y del gracioso donativo. Propusieron,
la extinción de las tiendas establecidas en las minas y su reemplazo por el
libre comercio –TLC-, la rebaja en los precios del aguardiente, la licencia
para portar armas, el castigo para los guardas que atropellaran a la población
y la designación de los criollos en los cargos de jueces y administradores de
las rentas reales. A algunas de sus peticiones las autoridades accedieron, al
menos temporalmente.
Para septiembre, los cosecheros de tabaco de Sacaojal y Sopetrán se sumaron a las protestas, comandados por el liberto Pedro Lastra. Los amotinados impidieron que los alguaciles continuaran arrancando las siembras de tabaco, a los gritos de “Todos tenemos tabacales” y “no obedecerían ni a Dios ni al rey”. Las exigencias de los rebeldes, presentadas ante el gobernador por medio del cura de Sacaojal, consistían en la extinción de los estancos de tabaco y aguardiente, libre siembra y beneficio del tabaco, a lo que se respondió con una violenta represión de la revuelta.
Para septiembre, los cosecheros de tabaco de Sacaojal y Sopetrán se sumaron a las protestas, comandados por el liberto Pedro Lastra. Los amotinados impidieron que los alguaciles continuaran arrancando las siembras de tabaco, a los gritos de “Todos tenemos tabacales” y “no obedecerían ni a Dios ni al rey”. Las exigencias de los rebeldes, presentadas ante el gobernador por medio del cura de Sacaojal, consistían en la extinción de los estancos de tabaco y aguardiente, libre siembra y beneficio del tabaco, a lo que se respondió con una violenta represión de la revuelta.
A mediados de septiembre, los tabacaleros se
levantaron en contra de las rondas que realizaban los guardas del estanco del
tabaco en busca de cultivos clandestinos. En Sacaojal, Sopetrán, San Jerónimo,
Quebradaseca, La Miranda y El Tablazo, los vecinos se apoderaron del paso del
río Cauca y controlaron la comunicación hacia el poblado de Antioquia y lugares
vecinos. En esta ocasión, el gobernador se vio obligado a suspender las medidas
contra los defraudadores de la renta, aunque luego se retracta del acuerdo y
condena a muerte a varios comprometidos.
19 de junio. Los comuneros de Mariquita
ajustician al gobernador.
23 de junio. Estalla rebelión en Honda a
consecuencia de la agitación de Galán por haciendas y minas del valle del río
Magdalena.
23 de junio. En Pasto, los motines populares
se iniciaron en protesta por el estanco de aguardiente y contaron con la
participación principalmente de indios y mestizos. El movimiento se extendió
por Túquerres y otros pueblos.
Junio Provincia de Neiva. Los tumultos se
presentaron en toda la Provincia, luego en Aipe, Caguán, Villavieja,
Fortalecillas y el Volcán, comprometieron a indios y libertos en protesta por
las medidas sobre la siembra del tabaco y el estanco de aguardiente.
6 de julio. En oficio dirigido al Cabildo de
Santafé, el virrey Flores ordena desde Cartagena suspender la publicación de
las capitulaciones.
16 de Julio "Los naturales del pueblo de Támara". Casanare. Francisco
Javier de Mendoza, criollo propietario de un hato ganadero, organizó un
numeroso ejército de indígenas provenientes de Pore, Támara, Ten, Manare y
otros pueblos, a quienes liberó de pagar impuestos, los instó a atacar al clero
de los pueblos cercanos y les ordenó obedecer a los capitanes comuneros del
Socorro. Identificándose como el apoderado del inca, les hizo jurar lealtad al
rey de América, Túpac Amaru, y se hizo llamar capitán general y gobernador de
la provincia de los llanos. Mendoza mantuvo su actividad por 4 meses más, hasta
que fue reducido por una milicia paramilitar privada financiada por el marqués
de San Jorge, uno de los hombres más ricos de Santafé.
26 de julio. Llegan a la capital noticias
sobre la nueva insurrección en El Socorro y el objetivo que tiene de marchar
hacia Santafé.
Julio. Comuneros
en la Capitanía General de Venezuela. Se extiende la rebelión hacia las
poblaciones limítrofes de la Capitanía General de Venezuela como San Antonio de
Cúcuta, San Antonio del Táchira, San Cristóbal, La Grita, Bailadores, Ocaña,
Mérida, Ejido, Timotes y Villa de San Xual, en las que se eliminan impuestos y nombran capitanes de entre
los vecinos. El inicio de las sublevaciones fue atribuido a capitanes
provenientes de Pamplona y Socorro, los sargentos de milicias Carnero y Suárez
acusados de agitadores por autoridades de Maracaibo. Estos tumultos también
terminaron en la organización de un ejército, que reconoció la dirección
política y militar del Supremo Consejo de Guerra del Socorro. La rebelión
concluyó por la falta de apoyo de los habitantes de Trujillo y Caracas, quienes
se negaron a participar. Para agosto de 1781, las autoridades españolas habían
sometido a las poblaciones insurrectas y tomado prisioneros a los principales
cabecillas.
31 de agosto. En carta al virrey, Bernet
informa sobre derrota del ejército realista.
9 de septiembre. Es descubierta una
conspiración de esclavos en Antioquia.
11 de septiembre. Se decide en El Socorro
una nueva marcha sobre Santafé.
19 de septiembre. Se expide el acta
capitular sobre las disposiciones luego de las capitulaciones. Entre ellas la
prédica de la orden religiosa de los capuchinos para incentivar el
arrepentimiento.
13 de octubre. Galán es capturado en Onzaga.
En noviembre de 1781 en Buriticá, provincia
de Antioquia, los indios del pueblo se negaron a pagar tributos y el impuesto
del gracioso donativo. Las tropas enviadas al lugar aplastaron el
levantamiento.
1782 Enero
en San Andrés de Tumaco. Se
registran levantamientos en contra los estancos, en cabeza del Vicente de la
Cruz, negro liberto, negro libre, Francisco Sánchez de
la Flor, quien comandaba la insurrección,
vecino de Tumaco que residía en Quito, Eugenia y
Dominga Ballejo, entre otros.
21 de enero. Por medio de oficio, el rey
ordena enviar tropas a Honda para contener a los rebelados.
30 de enero. Se publica la sentencia de
muerte contra José Galán, Isidro Molina, Lorenzo Alcantuz y Manuel Ortiz. En febrero
1 son ejecutados. Luego de la ejecución y restaurado el orden, el virrey Flores
restableció los impuestos motivo de los levantamientos del común.
Julio. La corona nombró como sucesor del
virrey Flores a Caballero y Góngora.
1783 Enero 4. Desacato de los vecinos de Fusagasugá al decreto que prohíbe sembrar
tabaco y anuncia los castigos a los infractores.
Entre
1810-24. Sufrimos las Guerras de la Independencia. Padecimiento
Muchos grupos y sectores explotados
entendieron o intuyeron, desde el primer momento, que la
"independencia" era un asunto de los señores hacendados y de los
grandes comerciantes.
Los negros de la costa colombo-venezolana se
alzaron en armas para luchar por el rey de España y en contra de la
emancipación.
En los valles y montañas del sur, en Pasto,
en el Cauca, en las llanuras del Huila y en la montaña antioqueña, millares de
pequeños agricultores y colonos combatieron ferozmente contra los ejércitos de
la Gran Hacienda.
La guerra social se extendió por todo el
territorio de lo que más tarde se llamaría "La Gran Colombia" pero de
esto solamente ha quedado constancia documental en la provincia venezolana y en
algunas regiones del sur de Colombia.
Paralelamente, los ejércitos libertadores
organizados con tenacidad sobrehumana por Simón Bolívar, aplicaron la Guerra a
Muerte en Venezuela y Colombia, desde 1813 hasta 1820. Durante esos 7 años no
se hicieron prisioneros ni hubo sobrevivientes entre los vencidos de una
batalla o una escaramuza. Todos los españoles capturados por los patriotas eran
pasados por las armas. Se arrasaban pueblos enteros, incluyendo ancianos
mujeres y niños. No se hizo distinción alguna entre los combatientes y la
población civil. En Pasto, se ofreció amnistía absoluta a las partidas
guerrilleras campesinas que entregaran sus armas, y una vez obtenida la paz se
procedió a exterminarlas implacablemente.
Detrás de esta felonía había una clara
conciencia de clase: se trataba de la lucha de la gran hacienda contra el
minifundio, de los señores contra la plebe, de una estrategia de autoridad
contra una expresión de libertad.
En 1829. Estalló la guerra en Antioquia, dirigida por el general Córdova.
Asesinado por un Irlandés, Ruperto Hand.
En 1830. Guerras Civiles
Regionales. Tuvimos una guerra contra el Perú y numerosas
guerras civiles regionales: En Antioquia
2; Cauca 1; Magdalena 1; Tolima 1; Cundinamarca 1 incruenta; En Panamá 2, entre
1862 y 1879 un presidente muerto en campo de batalla, 7 derrocados
violentamente y 1 envenenado
De 1932 a 1933. Guerra Internacional con Perú. Que desangró la economía nacional
y produjo daños muy graves en las relaciones entre los dos pueblos. Perdimos
Territorio.
Entre
1839-41. "Guerra de los Supremos"
o “de los Conventos”. Horrenda.
Entre 1843-50. Hubo incontables asonadas y motines locales y regionales.
En 1851. Guerra de los Latifundistas.
Se alzaron en armas los latifundistas y amos esclavistas para impedir la
abolición de la esclavitud y para derrocar al presidente José Hilario López,
quien además de decretar la libertad de los esclavos apoyó a las organizaciones
de artesanos y realizó la primera Reforma Agraria en la historia del país.
En 1854. Guerra de los Artesanos. Para Colombia la insubordinación y toma del poder por el general tolimense José María Melo en 1854 tuvo una significación excepcional: a sólo treinta años de consumada la independencia, a 60 de la Revolución de los Comuneros del Socorro y Charalá, por primera vez en la vida republicana del país una clase social distinta de la burguesía, el artesanado, se asomó al poder. El general José María Melo dio un golpe de estado apoyado por los artesanos y las Sociedades Democráticas, lo cual produjo un levantamiento general de la oligarquía. El baño de sangre concluyó con fusilamientos en masa de artesanos y el destierro de más de 2 mil de ellos a las regiones inhóspitas del Darién.
Entre 1859-62. Tuvimos otra guerra, mejor dicho, muchas guerras provinciales
entrelazadas en una sola gran conflagración, cuyo resultado fue el triunfo del
federalismo, afianzado a sangre y fuego en la terrible guerra de 1876-77.
Entre
1876-77.
Entre
1884-1885. "Regeneración
Nacional". Los excesos del sistema federal
condujeron a la reacción que se conoce con el nombre de "Regeneración
Nacional", movimiento liberal-conservador que se impuso en la guerra de
1884-84 y que implementó la Constitución de 1886, vigente en Colombia hasta
1991.
En 1895. Se libró una breve pero muy sangrienta guerra civil, que debe ser vista
como el preludio de la inmensa conflagración de 1899-1902, Guerra de los Mil
Días.
1899-1902.
Guerra de los Mil Días.
La Guerra de los Mil Días abrió en el país
una herida que no se ha cerrado. En ella se aplicaron sistemáticamente los
métodos de exterminio de pueblos enteros. Durante 3 años fue saqueado el campo
colombiano, dejando agotados los recursos naturales y humanos de la nación. La
ocasión fue aprovechada por nuestros amigos del Norte para darnos prueba de su
amistad en el istmo de Panamá. Las cañoneras norteamericanas impidieron a la
flota colombiana desembarcar en tierra panameña y la independencia de Panamá se
consumó por obra y gracia de la estúpida política de la oligarquía colombiana,
unida a la felonía yanqui.
Al comenzar el siglo, la hegemonía
conservadora impuso un régimen muy represivo, tanto en lo material como en lo
espiritual. Se intentó imponer un modelo de desarrollo que en muchos aspectos
evoca la dictadura de Porfirio Díaz en México, pero que en Colombia estuvo
marcado por el servilismo más absoluto a los caprichos más retrógrados del
Vaticano y la Iglesia Católica. El naciente movimiento obrero fue reprimido con
ferocidad. Fueron frecuentes las huelgas heroicas, con balaceras y muertos.
Durante la década de los años 20 se crearon sindicatos textiles, ferroviarios,
de la alimentación, de los petroleros, de las bananeras. Muchos de ellos fueron
organizados por mujeres. Los pioneros de la organización proletaria fueron
anarquistas, socialistas, comunistas.
En la guerra de los mil días, muchos del
estado mayor de los Liberales, se apropiaron de inmensas fincas en diferentes
regiones del país, quienes más adelante se opondrían en alianza con sectores
del conservatismo, el sector financiero y la iglesia, para torpedear las reforma
agraria y sus decretos reglamentarios, cuyo resultado fue la explosión d la
violencia liberal conservadora, que dirigieran Mariano y Laureano.
1930. La República Liberal. Terminó empantanada en la corrupción de sus
gobernantes. Los escándalos se sucedían en la prensa y la radio, mientras el
abismo entre los oligarcas liberales y el movimiento Gaitanistas se iba
haciendo más profundo.
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